Mensaje de Ceres a los oyentes de la @Buhardilla: “Yo también fui planeta”

CERES

A principios de año, el programa radiofónico de ciencia y humor La Buhardilla 2.0 os preguntó a los oyentes si, desde el cariño y no desde el rigor científico, Plutón era un planeta o no. Y claro, Plutón, ni corto ni perezoso, hizo campaña para recuperar su estatus. Aunque, debo precisar que de poco le sirvió, puesto que no fue declarado Planeta “Buhardillis causa”, como pedía. La cuestión es que ya estoy cansado de los lloriqueos de Plutón. Yo también fui planeta durante cincuenta años, el quinto en proximidad y el octavo en descubrirse, y mi desilusión fue todavía mayor puesto que pasé a ser un simplón asteroide. Finalmente, como os explicaré más adelante, el 24 de agosto de 2006 fui ascendido a Planeta Enano. Os tengo mucho cariño terrícolas pero a ver si os vais aclarando un poco, que empiezo a padecer problemas serios de identidad. En fin, a lo que iba, tal y como explicó el magnífico divulgador Dani Martín en su blog Eureka, desde el día 6 de marzo ya tengo a vuestra sonda Dawn orbitándome (¡bien hecho amiguitos de la NASA!) y creo que es el momento perfecto para que os hable de mí y os explique cómo nos conocimos.

Para ello tendremos que subir a la máquina del tiempo (sí, soy muy peliculero) y viajar hasta 1768. Ese año, el astrónomo alemán Johann Elert Bode sugirió la existencia de un planeta entre las órbitas de Marte y Júpiter en base a la que se conoce como «Ley de Titius-Bode» que incluyó en su libro «Manual de instrucciones para el aprendizaje de los cielos estrellados» sin citar al verdadero autor de la misma, Johann Daniel Titius. Este último se la había explicado en 1766, al poco de descubrirla. Afortunadamente, la lamentable forma de proceder de Bode fue subsanada al rebautizarse la ley incluyendo ambos nombres.

La ley de Titius-Bode, era una sucesión matemática que describía la distancia de la órbita de un planeta al Sol y reproducía bastante fielmente la posición de aquellos planetas conocidos hasta entonces.

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Tres años después de su publicación, se vio respaldada por el descubrimiento de Urano por parte de  William Herschel. El astrónomo y músico alemán lo divisó a una distancia de 19,18 UA del Sol, que se ajustaba mucho a la obtenida a partir de la ley de Titius-Bode para el octavo planeta (19.6 UA). Así que, si esta se cumplía, tenía que haber un quinto planeta a 2.8 UA, yo.

Los astrónomos estaban muy emocionados con mi posible existencia y al final, fue Joseph Lalande quien, en el congreso astronómico que tuvo lugar en Gotha en 1796, animó a los demás a emprender mi búsqueda metódica. Fueron veinticuatro astrónomos expertos quienes, encabezados por Franz Xaver von Zach, cogieron el testigo y unieron sus esfuerzos para encontrarme. A tal efecto se repartieron la exploración exhaustiva del zodíaco entre cinco grupos. Pero, por desgracia, no dieron conmigo.

Se les adelantó el sacerdote italiano Giuseppe Piazzi desde el observatorio de Palermo. Allí, equipado con un  telescopio de Jesse Ramsden montado sobre círculo vertical, trabajaba en la compilación de un catálogo estelar que debía mejorar la precisión de todos los existentes. El gran día fue el 1 de enero de 1801, cuando advirtió que me desplazaba por el fondo de las estrellas. Puesto que primero apreció un movimiento retrógrado seguido de uno directo pensó que era un planeta y así se lo escribió a su amigo Barnaba Oriani de Milán. Sin embargo, cuando se puso en contacto con Joseph Lalande y con Johann Elert Bode le dio miedo equivocarse y no se arriesgó. Se limitó a anunciarles que había encontrado un nuevo cometa.

Me bautizó con el nombre de Ceres Ferdinandea, por la diosa romana y por el rey Fernando IV de Nápoles y Sicilia. Más adelante, por razones políticas, el Ferdinandea se eliminó y me quedé sin nombre compuesto.

Pero la epopeya de mi descubrimiento todavía no había terminado. Como soy revoltoso y, principalmente,  porque estaba demasiado cerca del Sol, a mediados de febrero de 1801, Piazzi me perdió de vista. Intentó volver a dar conmigo recalculando mi órbita pero no había suficiente número de mediciones para hacerlo. Me desilusioné, pensé que no volverían a vislumbrarme pero entonces un joven genio llamado Carl Friedrich Gauss creó una herramienta matemática específica para el cálculo de una órbita elíptica a partir de tres mediciones y pudo predecir mi posición de forma muy precisa. Meses más tarde, Franz Xaver von Zach me recuperó de nuevo.

Libro de Piazzi en el que anuncia el descubrimiento.

Libro de Piazzi en el que anuncia el descubrimiento.

Desde aquel momento, como cumplía con las expectativas de Titius y Bode, pasé a ser el quinto planeta del sistema solar y así permanecí listado en libros y tablas astronómicas durante más de medio siglo. Durante ese tiempo me sentí feliz de pertenecer a ese grupo tan selecto de cuerpos celestes aunque, debo confesaros que ya desde el principio, la cosa pintó mal. William Herschel, al observarme con uno de sus grandes telescopios se dio cuenta de lo débil y pequeñajo que soy y el astrónomo alemán Heinrich Olbers, para rematar la faena, se dedicó a descubrir en mis alrededores más objetos parecidos a mí. En 1802 dio con Palas y, cinco años más tarde con Vesta y Juno. Debido a que son muy renacuajos, Herschel pensó que no podían ser planetas y acuñó para ellos el término de asteroides. Y significó mi sentencia como planeta puesto que al compartir órbita con tantos asteroides me quitaron el título que había ostentado más de cincuenta años y me degradaron a asteroide grandote.

Finalmente, en 2006, a raíz del descubrimiento de Eris cuyo tamaño superaba al de Plutón, se cambió la denominación de planeta y se sacaron de la manga la nueva categoría de planeta enano, a la que fui ascendido. Para que me entendáis, los planetas enanos nos distinguimos de los planetas con papeles por ser más sociables y no haber echado a nuestros compañeros de órbita. Mientras que los planetas son los cuerpos gravitacionales dominantes en su órbita, los planetas enanos la compartimos con objetos similares a nosotros en tamaño y masa.

Mis características, las descubriréis con detalle este año gracias a los datos que recopile la sonda Dawn de la NASA, y no quiero haceros un spoiler después de todo el esfuerzo que habéis puesto. Por el momento, sabéis que soy casi una esfera (ligeramente achatada) con un diámetro de 954.2 km, un periodo de rotación de 9.075 horas y una superficie de 2 850 000 km².

Orbito en medio del cinturón de asteroides, que se encuentra entre Marte y Júpiter, con un periodo de traslación de 4,6 años. Mi masa de 8,7×1020 kg representa un tercio de la masa total de los asteroides contenidos en dicho cinturón.

Respecto a mi composición, creéis que tengo un núcleo rocoso cubierto por un manto gélido de unos quilómetros de espesor que se aproxima a un tercio de mi masa y el 50% de mi volumen y que contiene 200 millones de kilómetros cúbicos de agua. También sospecháis que dispongo de una débil atmósfera y que en mi superficie el agua helada sublima al exponerse a la radiación solar. En 2014, los investigadores de la Agencia Espacial Europea y la Universidad de Florida Central, confirmaron que expulso al espacio hasta  6 kilos de vapor de agua por segundo.

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Aparte, tal y como dijo Francis Villatoro, desde 2005 sabéis de la existencia de manchas brillantes en mi superficie cuyo origen atribuís a la presencia de un océano de agua líquida bajo la misma. Si es esta o no la verdadera causa, tendréis que esperar a saberlo.

Vuestra sonda Dawn (amanecer en inglés), dirigida por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, Estados Unidos), fue lanzada por la NASA el 27 de septiembre de 2007 con la misión de estudiar las características de Vesta y las mías. Entró en la órbita de Vesta en julio de 2011 para investigarlo durante poco más de un año y en septiembre de 2012 puso rumbo hacia aquí.

El pasado 6 de marzo, tal y como estaba previsto, empezó a orbitarme. En los próximos días, se distanciará hasta llegar el 18 de marzo el punto más alejado de su órbita elíptica actual (a 75000 km). A partir de entonces se aproximará hasta situarse en órbita circular e irá reduciendo la altura de la misma para acercarse a mí  paulatinamente. La órbita más próxima LAMO (Low-Altitude Mapping Orbit), la alcanzará el próximo noviembre y, en principio, permanecerá en ella hasta el 30 de junio de 2016. Desde LAMO me hará las mejores fotos en alta resolución (veréis lo que gano en las distancias cortas) y podrá determinar mi composición gracias al instrumento GRaND (Gamma Ray and Neutro Detector).

Llevo esperándoos  desde que me contemplasteis por primera vez aquel 1 de enero de 1801. No me importa la categoría que me hayáis asignado, sé que comprendéis que Vesta y yo somos especiales, que somos los protoplanetas de mayor tamaño que hemos permanecido intactos desde la formación del sistema solar. A partir de nuestro estudio, de los secretos que os revelemos, podréis analizar los procesos que llevaron a su formación.

Preparaos para vivir en los próximos meses la aventura más fascinante, la del aprendizaje.

Dawn_logo

Acerca de Laura Morrón Ruiz de Gordejuela

Licenciada en Física por la Universidad de Barcelona y máster en Ingeniería y Gestión de las energías renovables por IL3. Tras desempeñar su labor profesional durante diez años en el campo de la protección radiológica, tuvo la oportunidad de entrar a trabajar en Next Door Publishers, donde, como editora, puede aunar su pasión por la divulgación científica y los libros. Aparte de esta labor, desde 2013, ejerce de divulgadora científica en el blog «Los Mundos de Brana» —premiado en la VI edición del Concurso de Divulgación Científica del CPAN— y en las plataformas «Naukas» y «Hablando de Ciencia». Ha colaborado en los blogs «Cuentos Cuánticos» y «Desayuno con fotones» y en los podcasts de ciencia «La Buhardilla 2.0», «Crecer soñando ciencia» y «Pa ciència, la nostra». Es integrante del Grupo Especializado de Mujeres en la Física de la Real Sociedad Española de Física (GEMF), la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (WILPF), El Legado de las Mujeres y la ADCMurcia. En 2015 fue galardonada con el premio Tesla de divulgación científica de «Naukas». Es autora del libro «A hombros de gigantas».
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15 respuestas a Mensaje de Ceres a los oyentes de la @Buhardilla: “Yo también fui planeta”

  1. Melli dijo:

    Que bonico Laura, que entrañable a la vez que riguroso. Hace dos semanas,, dentro del proyecto Menuda Ciencia, fui a las tres clases de quinto de Primaria de mi centro a explicarles la historia de la diosa Ceres, lo relacione con el descubrimiento del planeta enano Ceres, por supuesto es hable del sacerdote Piazzi, y también con el elemento químico Cerio y sus aplicaciones. Cogi la información del blog de Dani Torregrosa. L@s pequeñ@s alucinaron y no querían que me fuera, querían que les contara otras «historias de Ciencias» como dicen ell@s. Enhorabuena. Una entrada preciosa como siempre. De nuevo gracias

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    • Querida Melli,
      ¡Qué alegría me da que les hayas hablado a tus alumnos chiquitines de mi! Soy un planetito muy molón y seguro que les encantó mi historia y la que escribió Daniel sobre la diosa Ceres. Yo también sigo el blog de Daniel, también soy un pequeñín punto azul.
      Besicos planetarios,
      Ceres

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  2. Pingback: Mensaje de Ceres a los oyentes de la @Buhardill...

  3. Como siempre muy interesante el artículo y como siempre Laura defendiendo a los más pequeños. Aunque reconozco me preocupa su obsesión por hacerse pasar por planeta enano.

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    • Los planetas enanos somos muy hackers, Divulgamos cuando no se da cuenta 😛
      Los pequeñajos somos muy grandes, por eso tiene que oirse nuestra voz. Y este año es nuestro año. Cuando se acerque la sonda te mandaré un saludo.
      Besos planetarios
      Ceres

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  4. isatita dijo:

    Magnífica autobiografía Ceres!!
    Soy profe de física y química, me dejas que utilice tu historia así, contada por tí?, es mucho más atractiva que la que cuetan nuestros libros, y poder hablarles de la «ciencia actual», con la visita que te hace Dawn 😉

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  5. Coñe, Ceres, no sabía que habías sido planeta con papeles. Te reivindicaría, pero mis sentimientos están más con Plutón. Compréndelo: yo crecí creyendo que era un planeta cuando no sabía ni que tú existías. Sé que puede sonar duro, pero no lo digo con ánimo de herir tus sentimientos de planeta enano, ni mucho menos. Además, a ti al menos te han ascendido de categoría. Por otra parte debo decirte que me pareces más interesante que Plutón; tanto o más que Europa, fíjate lo que te digo, si al final resulta que, efectivamente tienes agua líquida debajo de la capa de hielo. Y si no… te seguiré queriendo igual porque tu hielo servirá algún día para las futuras colonias marciana. Es brooooma 😛

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    • ¡Hola Antonio! Creo que muy poca gente sabe que fui planeta con papeles. Yo no reivindico serlo otra vez, pero creo que Plutón debería aceptar su nueva categoría igual que yo tuve que aceptar mi degradación a asteroide. Al fin y al cabo, lo importante no es el título que te den sino lo interesante que seas y este año, ambos os informaremos de muchas cosas que ahora no te puedo contar 😛
      Pero, así, entre nosotros, yo soy enanito pero molo más 😀
      Un besito planetario
      Ceres

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  6. hutxu dijo:

    Porque los chiquitines también somos grandes!! Muy chula tu reivindicación,ole!!

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  7. javierreta dijo:

    ¡Wow! Yo no sabía que fuiste planeta. Pero qué historia mas interesante. Crees, te has ganado mi cariño.

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    • ¡Hola Javier!
      Muchas gracias amiguito terrícola, yo soy muy molón y os revelaré muchas cosas interesantes de los orígenes de vuestra casita, el Sistema Solar.
      Un besito planetario,
      Ceres

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