Eleonora Viezzer: La física que persigue el “Sol en la Tierra”

En la historia de la física moderna, pocas metas han capturado tanto la imaginación científica y pública como la fusión nuclear: la posibilidad de reproducir en la Tierra el proceso que alimenta las estrellas para generar energía limpia e ilimitada. Entre quienes trabajan en este desafío, una figura destaca por su combinación de rigor científico, liderazgo internacional y comunicación clara: Eleonora Viezzer, física de plasmas, profesora en la Universidad de Sevilla y pionera en el estudio de la física de la fusión nuclear. Su trayectoria, sus logros y su visión nos cuentan no solo la historia de una investigadora brillante, sino también cómo la física fundamental sigue siendo una herramienta para responder a las grandes preguntas de nuestra era.

Una niña curiosa frente al Universo

Nacida en Viena en 1986, hija de una familia europea multicultural, Eleonora se interesó desde muy joven por las grandes preguntas de la naturaleza. Sus profesores de física y matemáticas en el instituto reconocieron en ella una mezcla rara de curiosidad, perseverancia y claridad conceptual, cualidades que la impulsaron a estudiar física y matemáticas en la Universidad Leopold‑Franzens de Innsbruck (Austria) y luego en la Universidad Ludwig‑Maximilian de Múnich (Alemania). Allí, en un entorno científico vibrante, Eleonora abrazó un reto que pocos escogen: entender la materia en sus condiciones más extremas, donde las leyes del electromagnetismo y la termodinámica se entrelazan en formas complejas y hermosas. Tras licenciarse con honores, se embarcó en un doctorado conjunto entre la Universidad de Múnich y el prestigioso Instituto Max Planck de Física del Plasma, donde en 2013 defendió su tesis con mención magna cum laude. Era solo el principio de un camino que la llevaría a liderar investigaciones en los laboratorios y tokamaks más avanzados del mundo.

Pero, antes de seguir con la carrera de nuestra protagonista, hagamos una parada en boxes para repasar la física que nos ocupa.

¿Qué es la fusión nuclear y cuál es su importancia?

Para comprender el impacto del trabajo de Viezzer, primero hay que entender qué es la fusión nuclear y por qué la física del plasma es su piedra angular.

La fusión nuclear es el proceso mediante el cual dos núcleos atómicos ligeros se combinan para formar uno más pesado, liberando energía. Este fenómeno es el motor de las estrellas: en el corazón del Sol, el hidrógeno se fusiona para formar helio, liberando la energía que ha sustentado la vida en la Tierra durante miles de millones de años.

Para ir a su descubrimiento, debemos retroceder al siglo XX y conocer la contribución de diferentes gigantes y gigantas (aunque muchos nombres de ellas nunca los conoceremos). A principios del siglo XX, Jean Perrin y Ernest Rutherford identificaron las estructuras del átomo y plantearon que podría haber procesos internos capaces de liberar enormes cantidades de energía. En 1920 Arthur Eddington fue uno de los primeros en sugerir que las estrellas, incluido el Sol, obtienen su energía a través de la fusión de núcleos de hidrógeno. Fue una hipótesis revolucionaria para explicar la energía estelar. Y, en 1925, la astrónoma y astrofísica Cecilia Payne-Gaposchkin (1900–1979), en su tesis doctoral, demostró que el Sol y las estrellas están compuestos principalmente de hidrógeno, lo que fue fundamental para ratificar que la fusión del hidrógeno es la fuente de energía estelar. Además, su descubrimiento fue clave para que teorías como la de Hans Bethe sobre la fusión en el interior de las estrellas tuvieran fundamento empírico. Bethe describió matemáticamente el ciclo del carbono-nitrógine-oxígeno (CNO) y la cadena protón-protón, por lo que recibiría el Premio Nobel de Física en 1967.

Por lo que al trabajo experimental se refiere, Harold Urey (1931) y Mark Oliphant (1934) descubrieron el deuterio (un isótopo del hidrógeno) y demostraron experimentalmente que podía fusionarse con tritio para formar helio, un proceso que libera energía. También fue Mark Oliphant quien llevó a cabo la primera reacción de fusión inducida artificialmente en 1934, logrando fusionar deuterio y observar la liberación de energía.

La fusión controlada en laboratorio se intentó durante la segunda mitad del siglo XX. El mayor hito técnico, como veremos más adelante, fue la creación del tokamak en la URSS en los años 50 y el desarrollo posterior de reactores experimentales como JET, ITER y SMART.

Por tanto, Hans Bethe es considerado el “padre” del modelo teórico de la fusión estelar, mientras que Mark Oliphant contribuyó decisivamente a demostrarla experimentalmente en la Tierra.

La promesa de la fusión en la Tierra es enorme debido a las siguientes características:

  • Abundancia: el combustible, isótopos del hidrógenos como el deuterio, está disponible incluso en el agua de mar.
  • Limpieza: no genera residuos radiactivos de larga duración como la fisión nuclear.
  • Seguridad: no hay riesgo de “derretimiento” porque el proceso se detiene si las condiciones se alteran.

Y todo este potencial ha llevado a la fusión a ser descrita como el “Santo Grial” de las fuentes de energía del futuro: limpia, segura, prácticamente inagotable y capaz de satisfacer la demanda mundial sin emisiones de carbono significativas.

Sin embargo, y aquí vienen las malas noticias, lograr la fusión en un reactor en la Tierra no es trivial en absoluto: para que los núcleos se fusionen hay que alcanzar temperaturas de cientos de millones de grados, creando un estado de la materia extremadamente caliente y energético llamado plasma.

Plasma: El cuarto estado de la materia

Si la física clásica nos enseñó tres estados de la materia: sólido, líquido y gas, el plasma es un cuarto estado que domina el universo visible. Cuando un gas se calienta tanto que los átomos se separan en electrones y núcleos, obtenemos un conjunto de partículas cargadas eléctricamente que responden de forma compleja a campos magnéticos y eléctricos. Ese es el plasma: un mar de partículas que parecen tener vida propia.

En la fusión nuclear, el plasma es el “combustible vivo”. Su comportamiento determina si un reactor puede sostener las condiciones necesarias para que ocurra la fusión. Pero dominar un fuego tan extremo es como intentar domesticar una tormenta: las partículas pueden moverse, fluctuar y generar turbulencias que afectan la estabilidad global del sistema.

Lámpara de plasma.

Los tokamaks: jaulas magnéticas para atrapar estrellas

Uno de los diseños más estudiados para contener plasma caliente es el tokamak: un reactor en forma de toroide (parecido a un donut) rodeado por potentes campos magnéticos. Estos campos actúan como una jaula invisible que impide que el plasma, a temperaturas superiores a la superficie del Sol, toque las paredes del reactor y se enfríe o destruya los materiales.

El concepto fue desarrollado en la Unión Soviética en la década de 1950 y desde entonces ha evolucionado hasta convertirse en la base de los principales experimentos de fusión del mundo, incluido el enorme proyecto internacional ITER, que busca producir plasma de fusión sostenible.

La física del plasma: más allá de la teoría

La física del plasma es una mezcla fascinante de teoría, simulación y experimentación. No basta con calentar el gas: hay que controlarlo, comprender cómo las partículas interactúan con los campos magnéticos, cómo se generan las turbulencias y cómo esas turbulencias transportan energía y partículas fuera de la región central donde debería producirse la fusión. Estos problemas están en el corazón del trabajo de Eleonora Viezzer.

Su investigación se ha centrado en entender estos mecanismos complejos, especialmente cómo las fluctuaciones internas del plasma interactúan con las ondas electromagnéticas y las partículas individuales, afectando la estabilidad global del sistema. Estos fenómenos son cruciales para diseñar reactores que no solo generen plasma caliente, sino que lo mantengan en condiciones óptimas durante el tiempo suficiente para producir energía neta.

Un recorrido entre becas, laboratorios y colaboraciones internacionales

Tras completar su doctorado, Viezzer obtuvo la prestigiosa EUROfusion Research Fellowship, que la llevó a realizar un contrato postdoctoral en el Instituto Max Planck, donde ampliaría su experiencia en física de plasmas y experimentos con tokamaks.

Su carrera científica en España comenzó con otros reconocimientos competitivos, como la beca Juan de la Cierva y la Marie Sklodowska‑Curie, que le permitieron establecerse en la Universidad de Sevilla. Allí se incorporó al Departamento de Física Atómica, Molecular y Nuclear, logrando en 2020 una plaza de profesora titular y codirigiendo el laboratorio Plasma Science and Fusion Technology (PSFT).

En Sevilla, Viezzer ha construido un equipo internacional fuerte, colaborando con instituciones como el Massachusetts Institute of Technology (MIT), el Princeton Plasma Physics Laboratory, el Instituto Max Planck de Física del Plasma, la Universidad de Oxford y el CIEMAT en Madrid, entre otros.

Premios e hitos científicos

La trayectoria de Viezzer ha estado jalonada por reconocimientos relevantes:

  • ERC Starting Grant (2018), una de las becas europeas más competitivas para investigadores emergentes.
  • Premio Young Scientist Prize de la International Union of Pure and Applied Physics (2018).
  • Premio Fundación Princesa de Girona en Investigación Científica (2022).
  • ERC Consolidator Grant (2023), consolidando su línea de investigación.

Estos galardones no solo reconocen la excelencia de sus aportaciones, sino que también reflejan la importancia estratégica de su trabajo en un campo científico de enorme impacto potencial.

2025: un año histórico — TURBO4ENERGY y la tercera ERC

El 9 de diciembre de 2025 marcó un nuevo hito en la trayectoria de Eleonora Viezzer: obtuvo su tercer proyecto financiado por el Consejo Europeo de Investigación (ERC), siendo seleccionada nuevamente para una ERC Consolidator Grant, esta vez para desarrollar un ambicioso proyecto denominado TURBO4ENERGY.

Este logro la convierte en la primera investigadora de fusión en Europa con tres subvenciones ERC (dos Consolidator y una Starting) y evidencia su posición como líder científica en la física de plasmas y la energía de fusión.

La subvención, dotada con 2,4 millones de euros para cinco años, financiará un programa de investigación centrado en un desafío fundamental: la interacción onda‑partícula en plasmas magnetizados, un fenómeno que influye de manera decisiva en la estabilidad del plasma y en la eficiencia de los futuros reactores de fusión.

Tokamak SMART

TURBO4ENERGY: un proyecto para domesticar la turbulencia

El nombre del proyecto TURBO4ENERGY (Turbulence Optimization in Magnetized Plasmas) expresa su propósito: mejorar la comprensión y control de la turbulencia en plasmas confinados magnéticamente.

¿Por qué la turbulencia importa?

En un reactor de fusión, la turbulencia es uno de los mayores obstáculos para mantener el plasma estable. Las fluctuaciones internas pueden transportar partículas y energía hacia afuera, enfriando el plasma y reduciendo la eficacia del confinamiento. Comprender cómo estas turbulencias se generan y cómo interactúan con las partículas individuales y las ondas electromagnéticas es esencial para diseñar reactores más eficientes.

¿Qué propone TURBO4ENERGY?

El proyecto pretende desarrollar técnicas de imagen avanzadas capaces de medir simultáneamente el comportamiento de iones y electrones en el plasma con una precisión espacio‑temporal sin precedentes. Estas mediciones permitirán observar directamente cómo se originan y evolucionan las turbulencias y cómo interactúan con las ondas internas del plasma.

Al capturar esta dinámica compleja, los investigadores aspiran a:

  • Mejorar la predicción de turbulencias en reactores de fusión.
  • Optimizar el diseño de campos magnéticos para reducir pérdidas de energía.
  • Diseñar reactores de fusión más compactos y eficientes, acercando la fusión a la viabilidad comercial.
  • Aportar datos que puedan ser útiles incluso fuera de la fusión, como en la predicción de fenómenos solares y sus efectos sobre la Tierra.

En cierto sentido, TURBO4ENERGY es un proyecto que va al corazón mismo de uno de los problemas clásicos de la física: cómo describir y controlar sistemas complejos lejos del equilibrio. En el caso de un plasma de fusión, esta complejidad es tanto una barrera como una fuente de nueva física por descubrir.

Más allá del laboratorio: comunicación, enseñanza y futuro

Además de sus investigaciones técnicas, Viezzer ha sabido comunicar estos conceptos complejos con sencillez y claridad. En entrevistas y charlas públicas, suele explicar la fusión nuclear como la aspiración de traer el Sol a la Tierra, haciendo accesibles fenómenos que, de otra manera, parecerían exclusivos de especialistas.

Como profesora, también se dedica a formar a la siguiente generación de físicos, transmitiendo no solo conocimientos, sino también la pasión por una ciencia que podría cambiar radicalmente el futuro energético del planeta.

Hacia un futuro con energía de fusión

En los últimos años, la física de la fusión ha avanzado como nunca antes. Proyectos como ITER, junto con iniciativas privadas y experimentos nacionales, están empezando a mover la fusión del laboratorio hacia prototipos de generación de energía neta. Incluso en España, proyectos como SMART, un tokamak compacto liderado también por equipos de la Universidad de Sevilla, han entrado en etapas avanzadas de desarrollo tecnológico y podrían operar como prototipos en la próxima década. El País

En este contexto, trabajos como los de Eleonora Viezzer no solo contribuyen a un conocimiento más profundo de la física de plasmas, sino que también ayudan a trazar el camino tecnológico que, ojalá en las próximas décadas, conduzca a reactores de fusión eficientes, seguros y comercialmente viables.

Conclusión: una física con alma de Sol

La historia de Eleonora Viezzer es una de esas narrativas que combina rigor científico, curiosidad intelectual y una dimensión profundamente humana: la búsqueda de soluciones para los retos colectivos de la humanidad. Desde sus primeros pasos como estudiante hasta convertirse en una referencia internacional en la física del plasma y la fusión nuclear, su trayectoria refleja cómo la investigación fundamental puede, al mismo tiempo, abrir ventanas hacia un futuro sostenible.

Con TURBO4ENERGY, Viezzer no solo aborda uno de los problemas más difíciles de la física contemporánea, sino que también impulsa una visión estética de la ciencia: comprender los sistemas más dinámicos del cosmos para domarlos, con el fin de iluminar el futuro energético de la Tierra.

En esa búsqueda, quienes estudian la fusión nuclear nos recuerdan que la historia de la física no es solo una colección de ecuaciones y experimentos, sino una narrativa humana que, generación tras generación, sigue expandiendo los límites de lo posible.

Bibliografía

  1. Fundación BBVA. “Eleonora Viezzer”. fbbva.es, 2022.
  2. Viezzer, Eleonora. “La investigadora Eleonora Viezzer logra una ERC Consolidator Grant para avanzar hacia el reactor de fusión del futuro”. Universidad de Sevilla – us.es, 2025.
  3. Mateo, Ana. “Eleonora Viezzer, física: ‘En una década, con un vaso de agua se abastecerá de energía a una familia durante 80 años’”. El País, 2022.
  4. FECYT. “Eleonora Viezzer”. cientificasinnovadoras.fecyt.es, 2023.
  5. Red Leonardo – Fundación BBVA. “Eleonora Viezzer, 3,5 millones de euros para investigar energía de fusión”. redleonardo.es, 2023.
  6. Buscamos Científicas. “Eleonora Viezzer, física de fusión”. buscamoscientificas.com, 2022.
  7. Horizon Europe España. “26 investigadores e investigadoras en España consolidan su liderazgo científico con las ERC Consolidator Grants”. horizonteeuropa.es, 2025.
  8. La Voz de Galicia / XLSemanal. “Eleonora Viezzer: Anatomía de una fusión nuclear”. lavozdegalicia.es, 2022.
  9. Wikipedia. “Eleonora Viezzer”. es.wikipedia.org, última consulta diciembre de 2025.

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About Laura Morrón Ruiz de Gordejuela

Licenciada en Física por la Universidad de Barcelona y máster en Ingeniería y Gestión de las energías renovables por IL3. Tras desempeñar su labor profesional durante diez años en el campo de la protección radiológica, tuvo la oportunidad de entrar a trabajar en Next Door Publishers, donde, como editora, puede aunar su pasión por la divulgación científica y los libros. Aparte de esta labor, desde 2013, ejerce de divulgadora científica en el blog «Los Mundos de Brana» —premiado en la VI edición del Concurso de Divulgación Científica del CPAN— y en las plataformas «Naukas» y «Hablando de Ciencia». Ha colaborado en los blogs «Cuentos Cuánticos» y «Desayuno con fotones» y en los podcasts de ciencia «La Buhardilla 2.0», «Crecer soñando ciencia» y «Pa ciència, la nostra». Es integrante del Grupo Especializado de Mujeres en la Física de la Real Sociedad Española de Física (GEMF), la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (WILPF), El Legado de las Mujeres y la ADCMurcia. En 2015 fue galardonada con el premio Tesla de divulgación científica de «Naukas». Es autora del libro «A hombros de gigantas».
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