¿Cómo van esas transiciones de fase?
Espero que os encontréis bien de salud y os estéis adaptando a la nueva situación lo mejor posible. Estamos viviendo unos tiempos difíciles y deberemos acostumbrarnos a modificar nuestra conducta lo necesario para estar a salvo y mantener a salvo a los demás. Ojo, sé que eso no es fácil. Yo tengo la suerte de poder teletrabajar y, por tanto, llevar la mascarilla solo cuando salgo de casa, pero sé que algunos debéis llevarla ocho horas diarias y eso debe ser un suplicio. Mucho ánimo, confío en que los científicos lograrán algún tratamiento o desarrollarán alguna vacuna. Pero tardarán, porque es ciencia, no magia, y la ciencia requiere personal cualificado, recursos y tiempo. Es duro esperar en estas circunstancias, pero creo que no nos queda otra.
Por lo que a mí respecta, estoy muy entretenida con el trabajo en la editorial, la participación en cursos y la asistencia a actividades. Gracias a Internet, he podido cursar talleres y estar en presentaciones a las que no hubiese podido ir de forma presencial. La oferta cultural es extraordinaria.
También me “he dado a la poesía”. Ya sabéis que siempre me ha gustado y la he necesitado, pero durante la sesentena me ha ayudado especialmente leerla y escribirla. Uno de los poemas que hice en un taller de la librería La Casa Tomada, se lo dediqué a mi padre. Y como hace ya siete años que os conozo, que ya sois como de la familia, me apetece compartirlo con vosotros.
Mi padre es la persona que más me ha ayudado en el blog, de hecho, creo que él y yo debemos ser las únicas personas que nos hemos leído todas las entradas. También es la persona más buena, inteligente, irónica y culta que conozco. Se merecería la mejor de las odas, pero ha tenido que conformarse con este romance. Espero que os guste.
Cuidaos MUCHO.
Besazos

LAS ANDANZAS DE DON RICARDO
Érase una larga historia
de un gallardo caballero
que tenía, ya de infante,
espíritu aventurero.
Realizaba experimentos
sin saber lo que era el miedo
y su cuarto parecía
explosivo gallinero.
Los aparatos eléctricos
sufrían los desperfectos
de un curioso que buscaba
cuál era el funcionamiento.
Sus proezas demostraban
un deslumbrante intelecto
fascinado por la ciencia,
cultivado con esmero.
Se decidió por la técnica
doctorándose ingeniero
con chupete de regalo
por ser el más jovenzuelo.
En el mundo laboral
tuvo diversos empleos
en los que pudo brillar
mostrándose muy certero.
La fotografía fue
mucho más que un pasatiempo.
Sus imágenes contaron
con gran reconocimiento.
Tardó en encontrar doncella
que cumpliese sus anhelos
pero al final una flor
fue objeto de sus desvelos.
Después de contraer nupcias
hizo en el esquí su estreno
convirtiendo de un trompazo
el tobillo en sonajero.
De la pata dolorida
y un reposo más ameno
surgiría una sorpresa
a principios de febrero.
Cuidó a la niña nacida
puso en su alegría empeño
estuvo siempre a su lado
le entregó el corazón pleno.
Sus hazañas del presente
tienen paisaje de encierro,
ve a la hija en la pantalla
sueña con ir al barbero.
La epopeya continua
el romance es incompleto
larga vida y mucha suerte
al padre que tanto quiero.
Laura
Una preciosidad.
Muchas gracias, Laura.
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Gracias Antonio. Un besote!
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Precioso detalle Laura. Se nota que ha salido del corazón.
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Sí, así ha sido. Me alegra que te haya gustado. Un beso
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