Luto

A Soledad y Ricardo,

Su bata colgada detrás de la puerta, sola, sin ella, como yo. La tristeza duele en el pecho, asfixia. No se calma con el llanto. Descubro la cara más amarga de la mortalidad: sobrevivir echándola de menos.

Mi muñeca descansa encima de su cama, ya no me espera en la habitación contigua, en la que a veces me quedaba a dormir. Prefiere estar cerca de mi abuelo. No se moverá de allí hasta que él nos abandone y vaciemos el piso. Su vestidito siempre estará limpio, como se lo tenía ella.

Mi abuelo coloca con cuidado sus pañuelos sobre la colcha como había hecho ella tantas tardes. Pero hoy no me disfrazaré con ellos ni la veré sonreír. Me los llevaré y los guardaré en un cajón como un tesoro, porque ella quería que los tuviese. No me los volveré a poner.

Siempre encontraré la casa impoluta y ordenada como cuando estaba viva. Mi abuelo se encargará de eso, será otra forma más de honrar su memoria. Saldrá adelante por nosotros. Siempre estará ahí cuando lo necesite, siempre se preocupará por mí y tendrá una sonrisa preparada. Solo en su sillón, llorará cada tarde hasta que su muerte vuelva a reunirlos en el cielo que imaginó para ambos.

No fui capaz de ver el piso vacío. Quiero recordarlo tal como era cuando iba después del colegio a merendar, cuando pasaba los veranos jugando,… El luto nunca termina. Siempre sentiré la necesidad de hablar con ellos, de presentarles a las nuevas personas que conozca, de explicarles las cosas que me ocurren, lo que me hace feliz, lo que me inquieta. Siempre los añoraré en las celebraciones y en cualquier situación que signifique algo para mí.

Siempre habrá demasiados te quieros pendientes.

****

P.D. Esta entrada participa en el reto #RelatosNostalgia que Guillermo Peris lanzó por twitter.

 

Acerca de Laura Morrón Ruiz de Gordejuela

Licenciada en Física por la Universidad de Barcelona y máster en Ingeniería y Gestión de las energías renovables por IL3. Tras desempeñar su labor profesional durante diez años en el campo de la protección radiológica, tuvo la oportunidad de entrar a trabajar en Next Door Publishers, donde, como editora, puede aunar su pasión por la divulgación científica y los libros. Aparte de esta labor, desde 2013, ejerce de divulgadora científica en el blog «Los Mundos de Brana» —premiado en la VI edición del Concurso de Divulgación Científica del CPAN— y en las plataformas «Naukas» y «Hablando de Ciencia». Ha colaborado en los blogs «Cuentos Cuánticos» y «Desayuno con fotones» y en los podcasts de ciencia «La Buhardilla 2.0», «Crecer soñando ciencia» y «Pa ciència, la nostra». Es integrante del Grupo Especializado de Mujeres en la Física de la Real Sociedad Española de Física (GEMF), la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (WILPF), El Legado de las Mujeres y la ADCMurcia. En 2015 fue galardonada con el premio Tesla de divulgación científica de «Naukas». Es autora del libro «A hombros de gigantas».
Esta entrada fue publicada en Divagacionistas, Relato y etiquetada . Guarda el enlace permanente.

5 respuestas a Luto

  1. Ricardo dijo:

    Muy emotivo, el tiempo no apaga el recuerdo ni la tristeza. Gracias!!!!!!!!!

    Me gusta

  2. Melli Toral dijo:

    Que relato más hermoso. Gracias Laura

    Me gusta

  3. mcastigarcia dijo:

    Me ha encantado y llegado. Me gusta recordar a mis seres queridos, así en casa aún decimos la habitación de la abuela (convivió con nosotros su último año de ELA), el jersey de papá (el de mi padre, que a veces pongo), …….. Me gusta tenerlos en la memoria
    De qué manera más hermosa expresas ese sentimiento
    Un abrazo Laura

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s