
Tarjeta perforada del telar mecánico de Jacquard.
Gracias a la implementación de las tarjetas perforadas, la máquina analítica teje patrones algebraicos de la misma manera que el telar de Jacquard teje flores y hojas.
Augusta Ada Lovelace
Recuerda la primera vez que las vio. Cómo aquellas tarjetas perforadas de cartón le comunicaban al telar mecánico inventado por Joseph-Marie Jacquard el tipo de cosido que tenía que hacer.
Unas tarjetas parecidas contendrían las instrucciones de la Máquina Analítica y, tal y como esperaba su inventor Charles Babbage, permitirían programarla para ejecutar diferentes algoritmos y resolver cualquier tipo de problema, al mismo tiempo que para almacenar datos.
Ada, coincidía con Babbage en cuanto a la capacidad de la máquina para realizar grandes cálculos matemáticos, pero estaba convencida de que podría ir mucho más allá y procesar cualquier tipo de información mediante la manipulación de símbolos: «La máquina analítica tiene el potencial de revolucionar el mundo entero, no solo el mundo de las matemáticas».
La “encantadora de números”, tal y como la llamaba Babbage, anticipó el enorme potencial de las computadoras, si bien nunca las creyó capaces de pensar. Tal y como ella misma decía:
La máquina analítica no tiene ninguna pretensión de dar origen a nada. Puede hacer lo que sea que sepamos cómo ordenarle. Puede realizar análisis, pero no tiene el poder de anticipar ninguna clase de relación ni de verdad analítica.
Alan Turing formuló una objeción a esta idea en su artículo Computing machinery and intelligence, de 1950, en el que introdujo el concepto del Test de Turing para diferenciar la inteligencia humana de la artificial.
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Este relato participa en la iniciativa de @Divagacionistas con «Tarjetas» como tema principal.
Y yo que pensaba que el inventor de las tarjetas perforadas había sido Hollerith…
Siempre se aprende algo.
Me guardo el vídeo para su visionado con calma.
Gracias.
Un abrazo.
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Gracias a ti :*
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Y ahora que veo que el documental es de la BBC Scotland, tiene uno que me pareció fantástico (y que no encuentro por ningún lado) y que se llama «The Cell», presentado por Adam Rutherford, y que habla del avance en biología desde que Van Leeuwenhoek inventó el primer microscopio. Me parece extremadamente recomendable. Y con el celo, el cuidado y el amor por la ciencia al más puro estilo BBC.
🙂
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Tomo nota. ¡Gracias por la recomendación!
Un besote
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«The daughter of art and science».
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