Ciencia en la Poesía de Clara Janés

Y todo en derredor se desvanece
menos ese anhelo que queda en el aire
y en mi pecho.

Atardecer del 28 de marzo de 1943. Muere el compositor Serguéi Rajmáninov. Clara Janés, con tres años, escucha en su casa su Segundo concierto para piano y orquesta. Hundida en la butaca se deja seducir por la música mientras, a través de la ventana, contempla como aparecen los astros.

 A los cuatro años, la familia se traslada a Pedralbes y, puesto que le prohíben salir a la calle, se adueña del jardín y la azotea y se acostumbra a «no estar donde está». A trasladarse a «otro lugar» que irá haciéndose más real con la lectura y la escritura.

Con seis años, mientras experimenta por primera vez en clase la emoción poética de la palabra con los versos de Santa Teresa de Jesús: «Vivo sin vivir en mí, / y tan alta vida espero, / que muero porque no muero», toma la decisión de ser astrónoma. Con el telescopio que le compran sus padres puede ver la Luna con mucha claridad, no así las estrellas que siguen siendo puntos lejanos indescifrables. De aquellas observaciones le quedará una experiencia importante: la sensación de la profundidad de la noche.

Su deseo de estudiar astronomía no podrá hacerse realidad puesto que el sistema educativo le obligará en quinto de bachillerato a elegir entre ciencias y letras, y ella, para poder trabajar en la editorial con su padre, tendrá que elegir las letras.  

En la actualidad, Janés todavía sigue con ganas de ser astrónoma y con la tentación de estudiar Matemáticas, por considerarlas fundamentales.  

Por lo que se refiere a su poesía, si bien la ciencia siempre ha sido una influencia temprana que subyace en los versos, es a partir del poemario La indetenible quietud cuando esta toma mayor relevancia y pasa a convertirse una de sus principales vías hacia el poema. Para ella su indagación en el ámbito científico es una caída «en la tentación del paraíso: el conocimiento».

A diferencia de Sor Juana Inés de la Cruz que se frustró al no conseguir entender del todo el concepto de Dios a partir del estudio de mineralogía, botáncia, física y matemáticas; Clara nunca ha entendido la imposibilidad del conocimiento absoluto como un fracaso. Para ella el enigma es «un estímulo para la mente».

«Hay que seguir buscando las variables ocultas, corriendo los riesgos que haga falta. El cerebro es una fiera hambrienta. Deseará siempre conocer lo que aún no está a su alcance».

Para celebrar el Día Mundial de la Poesía, quiero compartir con vosotros una selección personal de poemas de Clara Janés en los que se manifiesta el vínculo poético-científico. Si os interesa profundizar en este tema, os invito a consultar la bibliografía. Mi objetivo con el post es que disfrutéis de sus versos.

Límite humano (1980)

FUGACIDAD DE LO TERRENO
Todo es de polvo, soledad y ausencia.
Todo es de niebla, oscuridad y miedo.
Todo es de aire, balanceo inútil,
sobre la tierra.

Manos vacías que acarician viento,
ojos que miran sin saberse ciegos,
pies que caminan sobre el mismo trecho
siempre de nuevo.

Vemos sin ver y en la tiniebla estamos.
Somos y somos lo que no sabemos.
Hay en nosotros de la llama viva
solo un reflejo.

Caen los días en otoño eterno.

Pasan las cosas entre sueño y sueño.
Llega la noche de la muerte. Y calla
nuestro silencio.


La indetenible inquietud (1998)

El alba sopla pétalos de luz.
Vibra el vacío
en invisible movimiento
e invita a orientación.
El secreto del silencio
revela su ser secreto:
la quietud sin fondo
del amor.


Desasosiego del signo.
El viento obliga a la danza,
las hojas secas
dibujan campos cambiantes,
traslaciones y trascabos, dudas.
El aire dilacerado
incita hasta al tímido latido,
y el Ser, que no puede dar el salto…
Fluctúan los cielos,
la sombra de una nube
se desliza por el corazón.


Exfoliaciones, maclas, drusas,
facetas, estratos, sinclinales,
fractales, nervaduras, umbrelas,
esporas, anteras, dehiscencia,
lluvia, irisación, irradiación,
succión, ligereza, gravedad,
invertebrada opacidad de la muerte,
frecuencia del fuego en el pulso ansioso,
espiral abierta del espacio insomne,
remolinos del tiempo
en pos del anillo invisible
de la noche.


No quiere ser poblado el vacío
pues dejaría de ser,
y así teme la montaña
la concavidad forzada
que devora
su impenetrabilidad,
mas la piedra abre sus venas
y engendra un claustro de sombras,
negro agujero quedo
que todo lo apacigua.


En la dimensión blanca
se esbozan los trayectos
que no decide el peso
sino el cuerpo,
la centella escondida en su almendra
y el celo de su aura.
Y son puntos de voz, inminencias del ser
o ramas quebradizas
condensadas de ondas
que se aproximan y alejan
hasta perderse en el abrazo curvo,
absortas en la trama
del aire cauteloso.


Diáfana es la hora
y trazan los vencejos en lo alto
los campos oscilantes,
el serpenteo de las partículas
que se cruzan y entrelazan
en finos filamentos
de movilidad inmóvil,
y queda luego el gris arcano, detenido.
Tiempo es espacio o vibración,
quietud, vacío.


Las nubes ceden a estrellas,
las estrellas forman fuegos,
los fuegos incendian nubes
y por los espacios giran
discos y planos y esferas
en espirales ascensos,
desapariciones súbitas,
caídas y retrocesos,
sonámbulas simetrías,
urentes círculos tensos
por un radio indetenible.
Los fuegos incendian nubes,
las nubes ceden a estrellas,
las estrellas forman fuegos.


Agoniza la línea con el día
y entra en el negro,
en el infinito colapso del secreto.


El libro de los pájaros (1999)

Ni siquiera los astros
alcanzan a contar todos los números
merodeando la oscuridad,
custodia de la cifra inabarcable,
mas en círculo mágico
convocan el uno repetido del ser
mientras el sueño y la muerte
quedan a resguardo
en las formas sumergidas.


Fractales (2005)

ESCALANTES
Dos esculturas de Adriana Veyrat

I
La esquina me adelgazó
y la escalera
que entraba
en su ángulo recto
me condujo al punto
de la desaparición.
Pero ya en todo el espacio
me encontraba,
confundida con el aire.
Reconoce al dios del lugar
en el don
de la transparencia,
me dije.
Avanza hacia el misterio
de la negación de los bordes
donde nada arroja sombra.

II
Desciende
hacia el fondo de los fondos,
dejando atrás
la desbandada de ánsares,
el alimento estelar
y la sombra de una nube
llevaba por la corriente.
Avanza,
solo en descenso,
y más,
hasta cruzar el extremo,
hasta alcanzar
el sosiego
de la línea horizontal.

SIN FIN
Sobre el pétalo leve
ondea la sombra
de una mariposa
y cae al agua un gemido.
La corriente es un vórtice
que aglutina la noche,
y desde esa noche, la voz se multiplica,
emerge, asciende a los árboles,
corre por las nubes,
danza, llueve, danza.
Llueve más allá del mar,
abriendo el horizonte,
la línea discontinua
sin fin,
que aúna nuestras horas
dispares
hasta que la galerna
las dispersa.

LÍNEAS
Una vez más el paisaje fugitivo,
el lago, los valles,
los árboles que corren como ríos.
Llega una nube
y ciega la mirada;
luego descubre
un mar, un fuego.

Cuando duermes
se recoge la vela de tu tiempo,
se borra el libro
por la magia de la sombra
y pasa a tus sueños la escritura.
A mis ojos,
la desaparición de tu día,
y mi quedar en mi día y en mi noche.

La belleza se desliza en su órbita.
En la isla que se aleja
tensas el arco.
La flecha sigue su línea.
Yo la mía.


Resonancias

II
Un hilo vibratorio busca el espíritu de las palabras. Acaso cuando lo alcance se iniciará la metamorfosis.
Estalla una supernova expandiendo el eco del asombro. El doble cabalga hacia el horizonte.

IV
Superficie de Venus
Era el gran verde, la undosa hondura que se confuncía con el rizo del río y designaba mar y acudía a pacificar los volcanes de niebla que se esparcían por la superficie de Venus velándola de olvido.

VI
Nebulosa Trífida
Alma de niebla y corazón de hielo, la sangre espera aglutinada en el sol. En el desorden del cosmos, la inquietud del movimiento dibuja el signo de interrogación y esa duda, que es una onda insumisa. Cuando llegue el viento de la belleza se sabrá su orientación.

VII
Nebulosa Helix
Cristaliza el alba pero sucumbe a la red de la nebulosa. La mente, con un trazo, restituye su significado.


Los números oscuros (2009)

LOS NÚMEROS OSCUROS
Desde la primera noche hubo un mensaje oscilante, que se mostraba y se ocultaba. Recogí su eco y lo guardé en un cofre: era el primer número oscuro que llegaba a mis manos.
Por entonces hubo también una respuesta: el segundo de aquellos números. Igualmente lo guardé. Ambos, además, eran candentes y no podían tocarse. No sumé ni resté, dejé que siguieran su curso. Luego llegaron otros. De vez en cuando abría el cofre y veía que habían aumentado y que se tranzaban y destrenzaban, de tal modo que daba vértigo mirarlos.
Fuera del cofre las ecuaciones eran distintas y algún día pasaba todavía aquel pájaro que llevaba una flor en el pico y la depositaba en mi pelo.
Los números oscuros son cifra de lo incomunicable y a la vez ensanchan la propia visión. Aún no han despejado todas las incógnitas e incluso alguno se ha escapado del cofre, pero actúan como espejos.
Yo sigo sin tocarlos, respetando su orientación. Tampoco he despejado mi incógnita: mis números, que son distintos, se perdieron en el bosque de los secretos.

Cuando el cofre esté lleno no necesitaré hacer operación alguna: sabré que el resultado es cero. Entonces lo lanzaré a las aguas y lo veré alejarse como un barco cargado de amenazantes lanzas.
No sé si ese cero que queda será blanco o negro, no sé si algún día me permitirá volver a ver aquel sueño.

DEL VACÍO
Me dije: el cero ocupa el lugar de una potencia sin contenido, y hay en mí signos en espera que ocupan el de una o varias cifras por venir.

DEL SIGNO MENOS
Se multiplican los bloques de cristal y se conforman en hielo.
Una flor helada se aleja en su interior al infinito. Si regresa y cruza el arco del diálogo, el abandono será un foco de luz, el hielo se hará agua y el agua se desvanecerá. El aquí no tendrá punto de apoyo para girar en espiral y resumir los tiempos.


Orbes del sueño (2013)

EL CERO
El negro de la noche
es lejanía
estrellas apagadas
un pasado si fin
hasta el origen
sólo el presente es luz
que no mayor certeza
ni libertad
y en la negrura
capto
las redes quebradizas
de cuanto fue
mutante
o dejó de ser
tras ser creado
de la nada.

EL ESPÍRITU CEDE
el espíritu cede
a la inmovilidad
hasta el cero absoluto
niebla fría
que anunciará
el fin de los tiempos
hielo negro
muerte
del campo magnético

RELATIVIDAD
no escapa
a la curvatura del universo
la galaxia oculta
y en el campo accesible
dialoga cada átomo
con algo a años luz
acontecido
millones de voces
soplan el abismo
de una ignota trama
en el pozo de la mente
magnetismo esa chispa
que no cesa
espacio es tiempo
belleza es simetría
que apacigua
la inestabilidad
del fragmento.

FUNCIÓN DE ONDA
materia
trama viva
cohesión del saber
autoconciencia
doble irradiación de mensajes
y silencios —tomo y entrego—
y la línea magnética
atrae hacia el dibujo de una forma
ondas del ansia
resonando hasta
el más lejano espacio desde
el más lejano tiempo

SUPERSIMETRÍA
olvido
sosegado pétalo
de la orilla
luciente
del vacío
desintegrada
ya la flor
el hueco
aguarda todavía
vibración
indicios
onda plural
deslizamiento
hacia una forma
que escapa
en remolinos


ψ o el jardín de las delicias (2014)

ALEGRÍA
6
Y así se conforma el universo
en boca única,
aliento que enlaza
y tiende lazos al infinito;
rapto que nos rapta
hacia la constelación del gozo
ni tuyo ni mío,
sino del ser
que en lo más ignoto
con nexos inconexos
nos sustenta.

7
Un exhalar del arpa
y el canto en tres colores
salta de las cuerdas a los vientos,
nube en giro,
alientos creadores
que se mueven
en el difuso espejo del aire
al que todo asciende;
vórtice donde se mezclan
los caminos y los orbes;
y el lobo morado
y la jirafa blanca
custodian la rotación;
y pasan las aves migratorias;
y somos las aves
y los árboles donde se posan
y el firmamento y la tierra que acoge
la dulce cornalina,
pluriexistencia sin lindes,
nimbos destramados
abriéndose
a cuanto sin cesar
amanece.

8
Voz una vez más, y fuerza
navegando los espacios.
Con mis imanes convoqué
a las cigüeñas
y a los meteoros,
la llamarada azul
que los guía;
y convoqué tus huesos y tu carne
y los circuitos de tu cerebro
y a aquél que florece
con las rosas…
¿O eres tú quien me evoca
y en esta algarabía superior
me engendras y me encarnas
en lo desconocido?

9
Todas las estrellas descienden al ponto
y las olas las mecen
y ofrecen negra cuna para su fulgor.
Y es tan amoroso ese ondear
que cierran los párpados
para entrar en su clausura.
Y cantan las aguas y las luces
en su interior ceguera,
deshechos los nudos,
en tanto nuestras miradas,
clavadas en su propio reflejo,
mutuamente traspasándose,
provocan
el total desvanecimiento.


Estructuras disipativas (2017)

ARMONÍA
He aquí una mariposa
que no provoca tormentas.
Viene de la blancura de la música
y esparce la alegría.
¿Dónde están los bosques y la lluvia?
¿Dónde está el fondo cavernoso
de la incertidumbre?
Su danza
ilumina aquella nube
que se interpone entre amigo y amado,
abre un camino
que no necesita pasos,
puro fluir en esa hora
del ahora.
Son las canciones de la nieve
de cristales infinitos que, mansas,
se hacen visibles
para que el ángel Shalgiel
empiece a contar
los números del alma.

VÓRTICE
¿Adónde va esta ola?
Si vuelve sobre sí misma
me rechaza y desaparece,
si me envuelve, me abarca
y desaparezco,
si se detiene, se niega como ola.
Cuando alcanza el nivel del salto
advierte:
fuera del propio ser
queda la realidad,
que está en el tiempo,
y el movimiento es su fantasía,
pero fuera del tiempo,
¿qué significa la quietud
y el ahora en punto
del día?

EL ÁRBOL (SERIE RAÍZ)
Podría seguir.
Aquí me bifurco en dos
y os digo:
el dos es uno
y el uno es dos
y el dos no se detiene.
Es el aquí y el allí,
el tú y el yo,
la luz y la oscuridad,
el lugar de lo animado
y aquel que no conocemos.
Pero ahora
mira el gesto,
quietud y movimiento,
acaso la curva recta,
el abrazo abierto.
No,
no me detengo.

RAÍZ VI
Da un paso
y se torna mano,
coge un puñado
de aire
vida
y de otro lado
afianza
el salto.
El brote
es el mero instante
que enarbola
en equilibrio
entre futuro y pasado
firme
sobre el hilo
soterrado
del ser.
Vivir, dice,
es
tensar el arco,
estar
en la danza
y sostenerla
en la cuerda
del funámbulo.

LA VÍA IRREVERSIBLE
El arco iris
visible sólo breves instantes
gracias al agua
gotas que no toca el viento
de voluntad carentes
con un punto solo
de unión
y luego se evaporan
muere el color
y la flor con su perfume
en el camino
pero el aliento sigue
la vía irreversible
atrapado por otro discurrir
el tempo del pulso
inocente
del sinsentido.

BIBLIOGRAFÍA

Gómez Cadenas, Juan José, «Clara Janés y Jenaro Talens: «La verdad en un poema siempre sale a la luz, lo quieras o no. Un poema no miente jamás»», Jot Down.

Janés, Clara, Límite humano, Madrid, Oriens, 1973.

Janés, Clara, La indetenible quietud. En torno a Eduardo Chillida, Madrid, Siruela, 2008.

Janés, Clara, Variables ocultas. Con dos cartas de Antonio Gamoneda, Madrid, Vaso Roto, 2010.

Janés, Clara, Orbes del sueño, Madrid, Vaso Roto, 2013.

Janés, Clara, ψ o el jardín de las delicias, León, Universidad de León-Everest, 2014.

Janés, Clara, Poética y poesía: La tentación del paraíso, Madrid, Fundación Juan March, 2014.

Janés, Clara, Movimientos insomnes: Antología poética (1964-2014), edición de Jaime Siles, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2015.

Janés, Clara, Estructuras disipativas, Barcelona, Tusquets, 2017.

Janés, Clara, La tentación del paraíso, Fundación Juan March, 2014.

Janés, Clara, «Una estrella de puntas infinitas. En torno a Salomón y el “Cantar de los cantares”», discurso de ingreso en la Real Academia Española (RAE), 12 de junio de 2016.

Janés, Clara, Conferencia Plenaria «El asno de Sancho Panza» en el III Encuentro Internacional sobre Literatura y Ciencia. Donostia – San Sebastián 23 de Octubre de 2017, Mestizajes 2017

Janés, Clara; Echenique, Pedro, Mesa de debate acerca de la Materia – III Encuentro Internacional sobre Literatura y Ciencia. Donostia – San Sebastián 23 de Octubre de 2017, Mestizajes 2017

Manrique Sabogal, Winston, «Clara Janés: El viaje hacia el amor es conocimiento»El País, Babelia, 6 de noviembre de 2015.

Nicolescu, Basarab, La transdisciplinariedad. Manifiesto, traducción Mercedes Vallejo Gómez, Sonora, México, 7 Saberes-Multiversidad Mundo Real Edgar Morin, A.C., 2009.

Ortega, Antonio, «El arco y la flecha: ciencia y poética en la escritura de Clara Janés» // «L’arc et la flèche : science et poétique dans l’écriture de Clara Janés», Épistémocritique.

Acerca de Laura Morrón Ruiz de Gordejuela

Licenciada en Física por la Universidad de Barcelona y máster en Ingeniería y Gestión de las energías renovables por IL3. Tras desempeñar su labor profesional durante diez años en el campo de la protección radiológica, tuvo la oportunidad de entrar a trabajar en Next Door Publishers, donde, como editora, puede aunar su pasión por la divulgación científica y los libros. Aparte de esta labor, desde 2013, ejerce de divulgadora científica en el blog «Los Mundos de Brana» —premiado en la VI edición del Concurso de Divulgación Científica del CPAN— y en las plataformas «Naukas» y «Hablando de Ciencia». Ha colaborado en los blogs «Cuentos Cuánticos» y «Desayuno con fotones» y en los podcasts de ciencia «La Buhardilla 2.0», «Crecer soñando ciencia» y «Pa ciència, la nostra». Es integrante del Grupo Especializado de Mujeres en la Física de la Real Sociedad Española de Física (GEMF), la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (WILPF), El Legado de las Mujeres y la ADCMurcia. En 2015 fue galardonada con el premio Tesla de divulgación científica de «Naukas». Es autora del libro «A hombros de gigantas».
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