“Estaba totalmente concentrada en mis estudios. (…) Todo lo que veía y aprendía era un nuevo deleite para mí. Era como si se me abrieses un nuevo mundo, el mundo de la ciencia, que por fin me estaba permitido conocer con entera libertad.” Marie Curie
La Colección Científicos está haciendo una labor fundamental en la transmisión de la ciencia a la sociedad. En concreto, a aquel sector de la sociedad más proclive a dejarse fascinar por esta: los más pequeños. Mediante comics de una calidad exquisita, nos ha acercado a científicos tan importantes como Darwin, Galileo y Newton. Tengo los tres cómics firmados por el autor y os aseguro que su lectura es realmente esperanzadora: excelencia al servicio de la divulgación científica.
En este momento está abierto el crowfunding del cuarto libro de la colección y siento una especial predilección por la protagonista. Porque durante la infancia y parte de mi adolescencia Marie Curie fue mi heroína. Más tarde, a medida que disfrutaba sumergiéndome en la historia de la ciencia, fui consciente de que hubo muchas otras grandes científicas que merecerían el mismo reconocimiento. Pero ello, no le quita mérito alguno a Manya Slodovowska. De hecho, después de haber leído seis biografías de ella, puedo decir que sus vivencias y su forma de ser, me parecen tan relevantes como sus descubrimientos. Sé que muchos no coincidiréis conmigo porque creéis que la historia personal no debe tenerse en cuenta al juzgar su relevancia como investigadora.
Por ello, voy a compartir con vosotros por qué, en mi opinión, es tan necesario el cómic de Marie Curie, por qué creo que merece ser el cuarto, por delante de otros científicos imprescindibles.
La vida de Marie Curie es un claro ejemplo de lo que es la verdadera pasión por la ciencia. Su dedicación y perseverancia son dos cualidades tan inspiradoras como, en ocasiones, infravaloradas. Al igual que sus coetáneas, tuvo que hacer frente a los obstáculos de una sociedad machista siendo, por tanto, unan gran fuente de motivación para ambos sexos. Su lucha nos recuerda que no debemos perder de vista el objetivo final por importantes que sean las dificultades que entorpezcan el camino. Ya no hablamos de hombres y mujeres, hablamos de personas con el valor suficiente para caminar en la tormenta.
Marie, al contrario de lo que muchos piensan, era muy insegura y tuvo que convivir durante toda su vida con un demonio que iba apareciéndosele de forma periódica: la depresión. Pasó momentos duros de reclusión y aislamiento y en muchas ocasiones se sintió alguien extraño que no encajaba en el papel que la sociedad le tenía reservado.
“En cuanto a mí, estoy muy contenta, pues a menudo oculto riéndome mi absoluta falta de alegría. Es algo que aprendí a hacer cuando me di cuenta de que las criaturas que lo viven todo tan intensamente como yo y no son capaces de cambiar esa característica de su naturaleza tienen que disimularla lo mejor posible… Hubo algunos días muy duros y lo único que me alivia al recordarlos es que a pesar de todo siempre he mantenido la cabeza bien alta.” Marie Curie
Las personas que quiso tuvieron que compartir su corazón con la ciencia. En el caso de su matrimonio, esto reforzó todavía más el vínculo que le unía a Pierre pero en su maternidad supuso, a veces, un frío distanciamiento. La devoción de Irène por su madre y por su labor investigadora hizo que se mantuviesen muy unidas, pero con Eve, la niña que no fue científica, la relación fue muy diferente.
“Éramos muy felices, a pesar de las difíciles condiciones en las que trabajábamos. Pasábamos los días en el laboratorio, a menudo comiendo allí mismo un simple almuerzo de estudiante. Reinaba una gran tranquilidad en nuestro pobre y miserable cobertizo; de vez en cuando, mientras observábamos una operación, andábamos de arriba abajo hablando de nuestro trabajo, presente y futuro. Estábamos tan absortos en nuestros pensamientos como en un sueño.” Marie Curie
Entre los logros que consiguió gracias a su esfuerzo se encuentran convertirse en la primera mujer licenciada en física en la Sorbona (un año más tarde en matemáticas), la primera mujer nombrada profesora en dicha institución, la primera galardonada con dos premios Nobel (física y química) y la primera mujer elegida miembro de la Academia Francesa de Medicina. Triunfos científicos y personales de una mujer que era muy diferente a la imagen que proyectaba, de una mujer de carne y hueso que luchó muy duro por vivir su sueño.
“Me he esforzado, no sin aprensión, en comprender los principios que inspiraron a Marie Curie… Temo que sólo sugieran un ser seco y metódico, lleno de prejuicios. La realidad es diferente. La criatura que quería que fuéramos invulnerables era demasiado tierna, demasiado delicada, demasiado dotada para el sufrimiento. Ella, que nos había acostumbrado voluntariamente a no exteriorizar los sentimientos habría deseado sin duda alguna, sin confesarlo, que la abrazáramos y le mostráramos más cariño. Ella, que quería que fuéramos insensibles, se moría de pena al menos signo de indiferencia” Eve Curie
ACTUALIZACIÓN (03/10/2014)
Entre todos hemos conseguido que el fabuloso cómic de Jordi Bayarri sobre Marie Curie sea una realidad.
Voy a «backear» este crowdfunding
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