La entrada original es una colaboración como miembro de la plataforma Naukas al Cuaderno de Cultura Científica y fue inspirada por el reto de Daniel Martín en su blog “la Aventura de la Ciencia”
The Astrophysical Journal publicó en su edición centenaria de 1999, una colección de 53 documentos fundamentales del siglo XX. La tesis de Beatrice Tinsley sobre la evolución de las estrellas y el gas en las galaxias, fue uno de ellos. Esto es, sin lugar a dudas, excepcional puesto que son contados los científicos que resuelven un problema fundamental como parte de su tesis. De hecho, el resto de su vida lo dedicó, en su mayoría a la mejora de la solución y al análisis de sus implicaciones en otras áreas de la astronomía y de la cosmología.
Beatrice Muriel Hill nació en 1941 en Chester, Inglaterra y fue la segunda de las tres hijas de una familia con raíces galesas. De sus padres Edward E O Hill y Jean Morton, heredó la pasión por la música y la literatura, llegando a convertirse ella misma en una selecta violinista. A los cinco años, su padre aceptó el primero de una serie de cargos en la Iglesia Anglicana de Nueva Zelanda que culminaron con la vicaría de New Phymouth, en la costa oeste de North Island. Con el tiempo pasó al mundo laico como alcalde de la ciudad y poco a poco se debilitaron sus lazos con la iglesia.
Como era costumbre por aquel entonces, asistió a una escuela para mujeres en la que se evidenció muy pronto su brillantez intelectual. Siendo la mejor de la clase con diferencia, a medio curso se la promocionó a un nivel superior desde el que pudo sacar mayor provecho de su elevada capacidad de aprendizaje. A los 14 ya había decidido convertirse en astrofísica y pidió prestados varios libros de física a sus profesoras. Se graduó dos años más tarde con excelentes resultados. Era una jovencita divertida y soñadora que ocupaba su tiempo en muchas otras cosas a parte de los estudios. Beetle, que era como la llamaban sus allegados, sentía una gran afición por el baile, la música, la equitación y la literatura. A los 17 se prometió con un muchcacho pero la relación no llegó a buen puerto y al año siguiente rompieron el compromiso.
Entró en la Universidad de Canterbury en 1958 y en agosto del mismo año falleció su madre. Fue un duro golpe para Beatrice que siempre estuvo muy apegada a Jean, cuya influencia persistió hasta su propia muerte. En 1961 obtuvo su bachiller en ciencias (BSc) y contrajo matrimonio con Brian Tinsley, quien completó un doctorado en ciencia atmosférica en la misma universidad. Dos años después completó su máster en ciencias (MSc) que versaba sobre «la teoría del campo cristalino del nitrato de magnesio-neodimio». Aunque la tesis del máster estuviese centrada en el estudio de la física de la materia condensada, Beatrice ya estaba interesada en la cosmología, la estructura a gran escala y la evolución del universo.
Al obtener el máster, la pareja se mudó a Dallas, dónde habían ofrecido a Brian un puesto fijo en el Centro de Estudios Avanzados que, con el tiempo, se convirtiría en parte de la Universidad de Texas. En un principio Beatrice ejerció de profesora de Física en un instituto de secundaria pero pronto consiguió una pequeña beca para investigar en el centro en el que estaba su marido. El problema es que allí no se ofrecía ningún programa de doctorado en Astronomía y tuvo que inscribirse en el que se había creado, recientemente, en la a UT de Austin teniendo que recorrer 200 millas semanales. Su carrera de posgrado en Austin es una leyenda del departamento puesto que la llevó a cabo en tiempo récord y la tesis de doctorado que surgió, como hemos comentado al inicio, se considera una obra de referencia en su campo.
El tema inicial de la tesis era la determinación de la geometría del universo y su posible expansión a partir de la comparación entre las observaciones de galaxias y las predicciones de los distintos modelos cosmológicos. Hasta estonces se asumía que todas las posibles diferencias entre galaxias se debían únicamente a efectos cosmológicos pero Beatrice se dio cuenta muy pronto de que había un inconveniente en dicho planteamiento. Nadie había tenido en cuenta la evolución de las galaxias, qué pasaba a lo largo del tiempo con el conjunto de billones de estrellas que las forman. Sin ese estudio previo, los efectos evolutivos de las galaxias enmascararían los efectos cosmológicos invalidando toda comparación.
Seguir leyendo en el blog del Cuaderno de Cultura Científica
Reblogueó esto en mcastigarciay comentado:
Preciosa esta biografía de Beatrice Tinsley escrita por Laura Morrón.
Me gustaMe gusta
Pingback: La Tabla Periódica de las Científicas | La manzana podrida
Pingback: La tabla periódica de las científicas | Naturzientziak's Blog
Pingback: En el día internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia viralizan una tabla periódica de mujeres | FM MAS 935
Pingback: La Taula Periòdica de les Científiques – CATEi
Pingback: Tabla Periódica de las Científicas - Symetrías
Pingback: La Taula Periòdica de les Científiques - Col·legi Oficial d'Enginyeria Informàtica de Catalunya COEINF